Compartimos con ustedes un importante artículo escrito por Juan Infante publicado hoy en Diario 16.

Infante resalta una vez más la necesidad de apoyar al emporio comercial y en especial a fomentar proyectos y actividades que impacten directa y positivamente en uno de los actores que permiten que el emporio se desarrolle: las mujeres trabajadoras de Gamarra.

" Gamarra, la zona comercial e industrial más importante del Perú, debe dar empleo a por lo menos 60 mil mujeres. Por ello, me sorprende que el acto central de las celebraciones por el Día Internacional de la Mujer no se realice allí, más aún cuando las mujeres trabajadoras de Gamarra lo necesitan tanto.

La población laboral femenina en Gamarra es inmensa. Prácticamente toda la tarea de ventas en los más de 25 mil locales dedicados al comercio de la zona es responsabilidad de las mujeres, y en los talleres de confección su presencia es por lo menos del 30%.

Son mujeres de entre 18 y 35 años las que mayoritariamente se dedican a las ventas de mostrador. Están en la edad de mayor actividad sexual y reproductiva con las consiguientes necesidades de servicios médicos especializados y asesoría sexual, reproductiva y psicológica. Muchas ya son madres y un porcentaje importante de las que lo son, son madres solteras. Necesitarían, pues, por esos roles, lactarios adecuados, asesoría de pareja, legal y de crianza, y servicios de guardería y nidos para sus niños.

Por ello, no entiendo la tremenda desconexión con esta realidad de los ministerios de la Mujer, de Salud y de Educación. Seamos francos: el Estado peruano aún no reconoce a la enorme mayoría de mujeres que trabajan en el mercado laboral. Lo que ofrecen, el lugar donde lo ofrecen, los horarios, etc., no están concebidos para atender a aquellas mujeres y a sus hijos.

Sus servicios dedicados a la mujer (y sus hijos) están concebidos para las amas de casa. Lamentablemente, además, excluyen a los hombres que trabajando en el mercado laboral quieren ser parejas y padres comprometidos y amorosos. Los servicios de salud materno-infantil, amables con las mamás y papás que trabajan, deberían funcionar en las noches y madrugadas.

Esto que ocurre en Gamarra sucede también en el conglomerado del Mercado Central, Mesa Redonda y en todas las zonas densamente pobladas de comercio en el Perú. Una sociedad amable con sus habitantes no puede hacerse la vista gorda ante esta realidad. Una batería de servicios para esta numerosísima población laboral femenina hace demasiados años que se cae de madura.

Esta responsabilidad debe recaer también sobre los gobiernos locales. Ellos deberían poner foco no solo en la población que habita en sus distritos, sino también en la que labora. Los alcaldes deben comenzar a caminar por sus calles y preguntarles a todas las mujeres que pueblan los establecimientos de comercio qué necesitan y en qué le pueden ayudar.

Y, claro, también nos podemos preguntar cuáles son las acciones que el ministerio de Trabajo realiza en Gamarra a favor de su enorme población laboral. ¿Sabe el ministerio cuánto ganan, cuántas horas trabajan, cómo está la situación respecto a su seguro médico, pensiones, vacaciones? ¿Hay abusos laborales? ¿Chantajes sexuales?

El pequeño empresario muchas veces abusa de sí mismo y abusa de sus empleados. Si queremos ayudarlo a progresar, debemos enseñarle a tratar mejor a sus trabajadores y trabajadoras."

Por Juan Infante, publicado el 10/03/12 en Diario 16